sábado, 5 de junio de 2021

Calma

 Reposo sentado contra la pared junto a la tina, la ventana abierta trae una brisa fresca, matutina.
 Amanece, quiero verla sonreír de madrugada.

Bajo la caricia del pelo a la frente. Después al pómulo. A continuación, al cuello.
 Se estremece. Amaga con despertar. Me freno. Susurro "calma".
Al cuello le sigue el hombro. Y por ende el brazo entero.
Me mojo, la muñeca se sumerge cuatro o cinco dedos. 
Llego al dorso de la mano, continuo hasta la punta de cada dedo. Vuelvo por la palma. Cojo su mano despacio.

 Está Helada.

El sol me da en la cara. Aprieta mi mano. Se gira, me miran sus ojos esmeraldas.
Ardo. 
Que el fuego también moja, y el hielo también quema.